En la actualidad muchas personas no le dan la debida importancia a su imagen digital, sin percatarse que esa imagen va a convertirse en su mejor tarjeta de presentación. Creen que una página web o un facebook sirve para informar de las labores que realiza su empresa; que el diseño no es importante, y que cualquier cosa que hagamos sirve perfectamente. Nos olvidamos que esa imagen desenfocada, sin contenido y obsoleta en la mayoría de las ocasiones será la primera impresión que tenga de nosotros el usuario.
Es verdad que, antiguamente, la web servía como fuente de información, de emisión de datos, pero no había constancia de su recepción: sólo había consumidores. Hoy, no sólo es importante la manera de emitir esos datos, sino que se busca ir más allá, interactuar con el usuario, dialogar, crear conversación y mostrar todo un ideario de la empresa que se ve implícito en la manera que tengamos de mostrar las cosas.
La imagen que sobre nuestra empresa ven nuestros potenciales clientes, les va a decir quiénes somos, qué hacemos… Es decir, nuestro aspecto digital va a decir mucho sobre nosotros.. La siguiente cuestión en donde algunos empresarios meten la pata, es que no sirve tener un sitio web “bonito”, sino que todo aquello que se ponga debe obedecer a un porqué, y ese porqué se debe fundamentar en los valores que esa marca quiere transmitir.
La marca corporativa es fundamental en una empresa, es la base sobre la que se fundamenta toda su imagen, y en muchas ocasiones el empresario se olvida de renovarla, cuidarla, mimarla y desarrollarla. Se cree que la marca es un garabato y punto. Están equivocados: la marca es la representación visual de los valores de esa empresa. Y por tanto, si esas metas, valores e idearios cambian con el tiempo, lo lógico es que la marca también lo haga, y, como consecuencia, también deberá hacerlo la identidad corporativa digital (toda aquella representación visual que exista digitalmente sobre esa marca).
El sitio web es una parte viva del negocio, y, por tanto, debe evolucionar y cambiar a medida que el negocio crece y la tecnología avanza. Incluso cuando consigues rediseñar tu identidad corporativa y por ende tu web, la cosa no termina ahí: la imagen de una empresa en el mundo digital necesita renovarse constantemente, pues todo ocurre más rápido en “Internet”, y, por tanto, si queremos seguir estando “en la cresta de la ola” necesitaremos actualizar nuestros contenidos cada poco tiempo y aprovechar el gran potencial que Internet tiene, no sólo para seguir siendo conocidos, sino para expandirnos por nuevas y diferentes áreas.
Imagen Empresarial
La imagen que proyecta la marca es el conjunto de creencias, actitudes y percepciones que tienen las personas sobre una empresa o una marca. Con esto queremos dar a entender que las personas interpretan las señales procedentes de los productos, servicios y comunicaciones, emitidos por la marca.
Las percepciones y asociaciones que se hacen de la marca en base a sus atributos, beneficios y actitudes, van a servir para generar un vínculo favorable o no, hacia ella, ya sea de actitud o de comportamiento. La imagen corporativa, es el significado que tiene la empresa para el público, y a diferencia de la identidad corporativa, es un factor externo y más difícilmente controlable.